Aplicaciones del Sueño Lúcido

Cuando estamos despiertos nuestro cerebro está realmente atareado. Tiene que procesar todos los estímulos del exterior: luces, colores, sonidos, gustos, texturas, olores… además de mantenernos en equilibrio, alerta; vaya, un sinfín de ocupaciones. Cuando estamos durmiendo el cerebro se desconecta del cuerpo, lo que hace que no le demos puñetazos a la pared mientras soñamos al movernos dentro del sueño y cosas así. Al eleminar toda esta carga de concentración nuestras capacidades mentales se incrementan en un 26%, dándole al Sueño Lúcido unas capacidades que van más allá del mero ocio.

Terapéutico

Los Sueños Lúcidos se pueden utilizar como terapia para superar pesadillas recurrentes, para hacerles frente. Conociendo que lo que nos acecha no es real, que estamos a salvo, el temor simplemente desaparece. También, una vez dominado el viaje onírico, se pueden hacer frente a situaciones que nos atemorizan en la vida real: Practicar discursos en público, practicar una actividad que nos atemoriza, o hacer frente a un trauma.

Creatividad y Resolución de Problemas

Ese 26% de capacidad mental extra se puede utilizar (De hecho se utiliza en los intitutos de lucidez de EEUU), de cara a potenciar nuestra creatividad para dar salida a nuevas obras de arte, o continuar con las que estemos estancados. También se puede utilizar de un modo más profesional, para dar salida a problemas técnicos y de ingenieria. Un mundo onírico es como una pizarra virtual gigante en el que la realidad está a nuestro servicio, tiempo, materia, fuerzas… todo. De hecho, no controlándolo voluntariamente, pero de forma inconsciente, yo en varias ocasiones he soñado con la solución a problemas en mi trabajo como desarrollador web. Es fantástico 😀

Trascendental

¿Qué mejor sitio para filosofar y teorizar sobre la vida que indagando nuestra propia mente? Además, la gente con gran espiritualidad normalmente logra en su mundo interior reunirse con sus tótems, dioses o avatares; convirtiéndolo en un lugar idóneo para la meditación.

Aventura y Fantasía

¡Por supuesto! ¡A pasárselo bien sobre todo! El mundo onírico es un lugar ideal para liberarnos del estrés. Ya sea asesinando de múltiples y variadas formas a nuestros jefes o al amigo cabrón, ¡o conquistando al fin a Megan Fox! Las aplicaciones sólo están limitadas por nuestra imaginación… y recordad que durmiendo tenemos un 26% más de potencial así que… ¡Qué empiece la fiesta!

Ya veis que todo son ventajas. Convertir la hora de dormir en un momento deseao (más de lo habitual) es magnífico, además ¡es como si te dieras 8 horas más de vida al día!

Aquí mi siguiente sueño:

11 de Agosto de 2011 – Oficina y poder

Soñé que estaba en una súper oficina, de techos altos y paredes blancas con manchas amarillas. La gente en la oficina iba cambiando de ropa, a veces coincidía que íbamos todos de rallas, otras todos a topitos… pero yo llevaba siempre una americana negra encima. En la empresa había oculta una subtrama de juego de poder. Me veía en tercera persona haciendo una llamada desde una cabina de la empresa, no escuhaba lo que decía. Luego se acercaba a la cabina un chico gordito con barba y ojos azules que prometía hacerme un par de favores e indagar por ahí, y que más tarde me enseñaría a utilizar una máquina secreta. Había gente de mi universidad y, de vez en cuando, pasaba una mujer con un vestido negro, cuya figura no era esbelta pero me resultaba muy atractiva.

Recuerdo ir al baño, que no tenía ninguna pared igual, era como un polígono irregular en el que los urinarios estaban disemiandos de forma aleatoria. Mientras hacía pis llamaba con el móvil al dueño de la tienda de cómics Esbozos (Vigo) y le decía «Soy el catalán errante, guárdame los comics de siempre».

Entonces había una transición mientras viajaba a Vigo.

Entraba en Esbozos, pero no era el local de siempre. Era como una cabaña rústica, de madera, con montañas de libros de tomo duro sin portada apilados por ahí. Fuera estaba nevando a rabiar, y cuando quería salir de la tienda no podía. Jorge me ofrecía pasar la noche allí, encendíamos una chimenea y la alimentábamos con libros viejos (argh!). Cogí unos de los libros, y al ver que no podía leer nada de lo que ponía dentro me daba cuenta de que estaba soñando y me despertaba.

Es curioso porque en los sueños no se puede leer. De hecho es uno de los tests de realidad de los que os hablaré más adelante. Si tu coges un texto en el sueño, lo miras y apartas la vista, al volverlo a mirar ha cambiado por completo. O eso, o directamente son ilegibles. Ya que nuestra mente no es capaz de generar un contenido tan denso, ni, por supuesto, nada que no sepamos.

Y con eso me despido hasta mañana, pirámides!

Esbozos Comics en mi mente perturbada